lunes, enero 09, 2006

Añoranzas...


Caramba, caramba, como que habia abandonado un poco el ritmo de dedicarle un poco de tiempo a mi blog y de darle un paseo a mis letras por este pasillo de palabras que mas que puros pensamientos, son un pequeño reflejo de lo que siento y de lo que pienso. Hoy en la tardecita, era dia de fiesta, se celebraba el dia de reyes del 2006 e iba a una comida que se realizaba en casa de mis abuelos paternos, que ya no estan, en Moca. Tenia como tres años que no visitaba esa casita en el campo, desde la muerte de mi abuelo. La verdad es que camino hacia alla me iba dando nostalgia, nostalgia de ver de nuevo ese camino que luego de haberlo visitado cada domingo cuando estaba pequeña, tenía 3 años que no lo visitaba. Iba viendo las casitas nuevas, las remodeladas, las que ya no estan, las mismas de siempre, el colmado donde siempre nos juntabamos en una ronda a jugar y a comer galletas con mantequilla y refresco merengue, en fin, iba saboreando cada recuerdo que revoloteaba en mi mente de aquellos tiempos, aquellos buenos, bellos y memorables tiempos.
Ratito despues, llegue a la casita, la noche estaba bellisima, en donde los altos palmares hacian gala de su elegancia acompañado del vals del viento que ondualba sus ramas cual cabellera de una doncella. La noche estaba clara con muchisimas estrellas, y a la falta de energia electrica, el paisaje podia saborearse con mas gusto. Era una de esas noches en donde el paisaje se asemejaba a aquellas en donde se reunian todo un grupo de generaciones, abuelos, tíos, a contar historias de juventud, de amoríos, pleitos y jocosidades. Solo que auellas personas no estaban, pero igual seguia la noche intacta, imponente. Anduve las habitaciones de la casa, observaba las camas vacias, en donde tantas tardes dormi, y en donde vi a mis abuelos enfermitos tambien. Busqué en las gavetas el álbum de nuestra niñez que había ahi, pero no estaba, me parece que mi tia lo habia llevado para su casa. En esa gaveta encontré la tijera con que nos cortaban el pelo a mi y a mis hermanas cuando estabamos pequeñas. Luego tome una silla y me fui hacia el patio en compañia de dos niños maravillosos que estaban alli. Me sente cerca a la mata de naranja que tanto tumbabamos cuando niñas, en esa hierba verde preciosa, y saborié ese momento, esa brisa, esa noche, esas risas de los niños, y mi mente en un momento se mudó a esos años en que estaba pequeñita en que tanto visitaba esa casita, y tantos momentos pasaba con mis abuelos y la familia, y no me detenia a observar cada detalle como lo hago ahora de adulta, detalles que por su simpleza se hacen grandes, se hacen de un valor inmenso, inolvidables, añorables, apreciables y en donde todos esos recuerdos de niñez se convierten en una verdadera...añoranza. Bueno, como siempre, beshotttes, que Dios les bendiga... :-)